mapa de Alaska en 1867
Transcurría el año 1867 y el imperio ruso pasaba por una complicada situación financiera, al mando del Zar Alejandro II, el cual un año antes había sufrido un atentado motivo por lo que recrudeció la censura a la prensa y los libros, así como ejecutó la máquina represiva del estado. Todo esto se generó por el decreto del 19 de febrero de 1861 el cual abolió la servidumbre y emancipó a los siervos. La clase alta no toleró el decreto y engendró planes para su asesinato que lo consiguieron en 1881.
Pero estos antecedentes generaron una debacle económica en la clase alta y baja de la sociedad del imperio ruso, a su vez mantenía un estado de alerta ante sus rivales británicos, enfrentados en batallas previas, por lo que su territorio más vulnerable era Alaska. Por el temor a perder el territorio sin ganancia a cambio surgió una negociación intensa con los Estados Unidos de América que empezó el 3 de marzo de 1867 con un discurso elocuente y prometedor a manos del presidente del comité de relaciones exteriores Charles Sumner. Aunque la negociación concreta fue elaborada por los rusos enviando a su ministro Eduard de Stoeckl y por los Estados Unidos el Secretario de Estado William H. Seward; la presidencia que transcurría era la de Andrew Johnson. Esta acción fue tomada por los británicos como un mensaje más de acoso y de estimular a qué se retiren del continente ya que aún permanecían en el territorio que en la actualidad es Canadá.
Los 1 518 800 kilómetros cuadrados del actual estado de Alaska le costó a Estados Unidos de América 7 200 000 dolares americanos y se cerró el 30 de Marzo de 1867, muchos medios justificaron la acción como gratitud por el apoyo en la Guerra Civil Estadounidense; sin imaginar el punto estratégico que sería durante la Segunda Guerra Mundial y la posterior Guerra Fría.
En reconocimiento a la gestión realizada por William Seward el último lunes del mes de marzo es un día conmemorativo de fiesta relax y diversión denominado el día de Seward. En los actuales momentos Alaska es una de las pocas reservas petroleras que tiene Estados Unidos en su territorio así como minería, pesca, turismo y demás réditos comerciales que le genera.
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